Problemas de aluminosis

Aluminosis, la llamada fiebre del hormigón

La aluminosis representa un grave desafío en términos de la integridad estructural y continúa afectando a una cantidad significativa de edificios en nuestro país. Aunque este problema tuvo mayor incidencia durante el período comprendido entre los años 50 y la década de los 80 del siglo pasado, es importante destacar que aún persiste en la actualidad. Esta persistencia se debe a que muchos de los edificios construidos con cemento aluminoso en aquel entonces siguen en pie y continúan enfrentando los efectos negativos de la aluminosis.

La fiebre del hormigón

La «fiebre del hormigón» es un término que se utiliza para describir un período de rápido desarrollo y construcción masiva de edificios y estructuras de hormigón armado. Este fenómeno suele ocurrir en etapas de crecimiento económico acelerado, donde hay una gran demanda de construcción de viviendas, infraestructuras y proyectos comerciales.

Durante la fiebre del hormigón, se observa una proliferación de construcciones en un corto período de tiempo, con un enfoque en la rapidez y la eficiencia de la construcción. Esto puede llevar a un aumento en la cantidad de edificios y estructuras construidas, así como a la adopción de métodos constructivos menos rigurosos o a la utilización de materiales de menor calidad.

Sin embargo, la fiebre del hormigón también puede tener consecuencias negativas a largo plazo. La falta de control de calidad, la selección inadecuada de materiales y la prisa por terminar los proyectos pueden dar lugar a problemas estructurales, como debilidades en las construcciones, deficiencias en el diseño o en la resistencia del hormigón, y riesgos para la seguridad de las personas que ocupan esos edificios.

Es muy necesario tratar este problema de rápida expansión de la construcción basada en el uso extensivo de hormigón armado, que puede tener tanto beneficios económicos como riesgos asociados a la calidad y la seguridad de las estructuras construidas.

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Las consecuencias de la aluminosis

La aluminosis tiene efectos perjudiciales en un edificio. Algunas de las consecuencias más comunes son las siguientes:

  1. Las barras de acero dentro del hormigón se corroen debido a la acción del dióxido de carbono cuando entra en contacto con los componentes del hormigón armado.
  2. En general, cuando aparece la aluminosis, el hormigón se debilita, lo que pone en riesgo la estabilidad del edificio y, por ende, su seguridad estructural.
  3. Las partes que conforman el hormigón armado, es decir, el hormigón y el acero, pierden su adherencia, lo que reduce su efectividad en términos estructurales.
  4. Las áreas afectadas aumentan su porosidad, lo que las hace más propensas a sufrir daños debido a la acumulación de humedad.

¿Cuál es la solución a este problema?

Es relevante destacar que no todos los casos de aluminosis pueden ser resueltos, pero en situaciones en las que el hormigón no ha sido seriamente dañado, es posible fortalecer las áreas afectadas mediante la aplicación de capas externas. En otros casos, se pueden reemplazar las partes dañadas por nuevas piezas estructurales, realizando sustituciones y/o añadiendo elementos mecánicos.

Detectar y resolver los casos de aluminosis es crucial para prevenir la presencia de puntos débiles en los edificios.

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